El acoso escolar es un asunto tan debatido en Argentina que el año pasado el Congreso del país aprobó una ley para prevenirlo. Pero la discusión permanece y se ha reabierto este lunes después de que en la pasada noche del domingo falleciera una joven de 17 años atacada a puñetazos y patadas por dos de sus compañeras de escuela y la hermana de una de ellas.

Las tres jóvenes agredieron a Nayra, sobre todo con golpes en la cabeza. La víctima llegó a su casa dolorida, pero solo atinó a tomar un analgésico y se fue a dormir. Apenas pudo contarle a su hermana que las agresoras se habían confundido al golpearla porque supuestamente la víctima iba a ser otra compañera. El jueves, Nayra no pudo despertarse y fue trasladada a un hospital. Allí se descubrió que tenía un hematoma en el hemisferio izquierdo del cerebro. Fue operada, pero apareció otro hematoma. Los médicos la sometieron a una segunda cirugía y quedó en la UVI, donde falleció.
El fiscal de la causa consideró que el ataque fue “premeditado” y “sin un motivo puntual”. La juez añadió que la violencia juvenil se repite frecuentemente: “No es algo aislado lo que ocurrió, la calle en general está peligrosa, los chicos se pelean sin motivos hasta extremos nunca vistos. Esto es cotidiano, pasa todos los fines de semana en los boliches (discotecas)”.
Uno de cada cuatro estudiantes argentinos reconoce que fue alguna vez golpeado por sus compañeros. En 2013, el Congreso aprobó una ley que dispone la creación de una línea telefónica gratuita para denuncias y de equipos especializados contra el hostigamiento, entre otras medidas. Aún la norma no ha sido reglamentada por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
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