martes, 25 de marzo de 2014

Terapia con animales para niños discapacitados:

DELFINES: Numerosos estudios han demostrado que los sonidos emitidos por los delfines van más allá de la comunicación oral, penetran en nuestro sistema hasta lo más profundo de las conexiones neuronales, generando un cambio en ellas, ayudando así a crear de nuevas lo que comporta un cambio significativo a nivel físico por ejemplo en los niños con parálisis cerebral, los cuales llegan a notar cierta relajación neuromuscular que facilita y mejora la ejecución del movimiento.


CABALLOS: Lo mismo ocurre con la equino terapia, puesto que el calor que desprende el caballo actúa de relajante muscular. La vibración de las galopadas también modifica las conexiones neuromusculares variando patrones posturales, mejorando el movimiento ya sea en situaciones de hipertonía o hipotonía. Esta compleja terapia a nivel rehabilitador se convierte en un juego motivador para los niños, puesto que se genera un vínculo interactivo entre el caballo y el niño, comunicación no verbal que beneficia habilidades sociales en niños con autismo o incluso con retraso mental. La interacción con los caballos o con los perros para los niños con autismo significa una mejora de habilidades sociales aunque en un principio parezca lo contrario por la ausencia de la comunicación oral.


PERROS: No todos los perros son aptos para trabajar como terapeutas infantiles. Estos animales deben tener un determinado carácter. Necesitan ser sociables, cariñosos, niñeros, pacientes, juguetones. esa manera el perro, aparte de un agente rehabilitador, también se convierte en el amigo asistente del niño, mejorando una vez más la calidad de vida de los niños con discapacidad.
Algunos colegios con chicos/as discapacitados aplican sesiones de grupo con estos perros. Se plantean ejercicios constructivos con ellos como saludar y acariciar al perro o llevarle con la correa y andar con él. Los chavales aprenden a mandar al perro mediante técnicas como tirar de la correa para que se siente o de llamada para que acuda a su lado. Sienten un protagonismo especial sujetando la correa del perro cuando pasean con él. Cuando le dan una orden y el perro les obedece ellos se sienten muchísimo mejor porque están mandando sobre alguien, algo a lo que no están acostumbrados. Se emocionan cuando el perro va hacia ellos y van desarrollando una relación más estrecha con él: le llaman, le acarician, le abrazan y le besan. Se observan cambios muy positivos en ellos: incluso algunos que tenían miedo a acercarse con el tiempo y las sesiones consiguen estar cada vez más a gusto.

1 comentario:

  1. Muy interesante. Seguro que con esta terapia los chavales serán más felices

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